Fue mi amigo, colaborador y
confidente.
Rafael Vite, historiador,
vivía en Vejer de la Frontera (Cádiz. España).
Trabajamos juntos en la
investigación ovni, y por muchos años.
La bondad se le caía de las
manos. Además era feo, católico y sentimental. Y él lo sabía.
Yo lo llamaba maestro, y me
quedaba corto.

Vite y su
nieta, la señorita Julia. (Gentileza de la familia)