Investigador, escritor, fotógrafo y filósofo…
Ricardo además, es uno de los más activos embajadores de Costa
Rica. La lleva en el corazón y la enseña, allí donde cae.
De su mano conocí el alma de los costarricenses. Es un alma en
color…
Un día lo dejó todo y Ricardo se dedicó a la búsqueda del santo
grial de la conciencia.
“Debería ser estudiada desde las escuelas –dice–, al igual que
la muerte. Si somos conscientes de la conciencia, lo somos
todo”.
Y en ello sigue…
