Fernando Lara falleció el 18 de agosto de 1995.
Fue
mi editor.
Era
cauteloso y noble. Todos le queríamos.
El
día de su funeral, celebrado en Barcelona el 20 de agosto, me
hallaba sentado en mitad de la sala.
De
pronto lo vi.
Estaba muy cerca, a cosa de tres metros.
Me
miró, sonriente.
Alzó el brazo derecho y me mostró la palma de la mano.
Después desapareció.
No
sé qué quiso comunicarme. ¿Qué significaba aquel gesto?
"¿Tranquilo?". ¿Quizá algo relacionado con el número "5"?
El
misterio continúa.