Me acompañó por Jordania en
todas las exploraciones. Fue mi guía y amigo.
Le debo mucho a Al Jabari
Hamdi, siempre discreto y eficaz.
Con él llegué a la Cueva de
la Llave, en la que vivió el Maestro durante 39 días. Él supo de
mi emoción al pisar la gruta.
Hamdi me guió por los
desiertos y por el laberinto de Petra.
Él me enseñó los secretos de
Ammán y del mar Muerto.