
Juanjo Benítez, poco
antes de recibir la “chispa”.
UNA VISITA INESPERADA
A los 2134
días del nacimiento del ser humano, una fracción “infinitesimal” del
Padre (el buen Dios) “viaja” del Paraiso a la mente del hombre, y
se instala en él.
Después,
tras la muerte, la “chispa” se hace cargo de la “maleta de la memoria”.
Objetivo de
la “chispa” en la mente humana: preparar al alma inmortal para la
verdadera realidad: la vida después de la muerte.
P.D.-
Ciertamente, el cuerpo humano es un santuario.