J. J. Benítez en El Ejido: “Caballo de Troya es un libro
mágico. En el noveno libro aguarda una sorpresa enorme”
Acudió a la
ciudad almeriense para presentar su último libro “El
hombre que susurraba a los Ummitas”
TELEPRENSA.- J.J. Benítez, el
famoso autor de Caballo de Troya, acudió el pasado viernes a un
encuentro con sus lectores de El Ejido, con motivo de la Feria
del Libro que se celebra en el municipio. Benítez, reconoció que
le alegraba “estar equivocado” en cuanto a la localidad
almeriense, ya que, “siempre había pasado de largo” en
sus investigaciones, y tenía aún presente la imagen xenófoba que
transmitieron, hace ya algunos años, determinados medios
nacionales, especialmente cierta cadena privada de televisión.
Una vez llegaba al hotel “pude ver a tres hombres de color
sentados en un banco, hablando tranquilamente”, dijo, como
ejemplo de la integración que ha podido ver en su visita.

Benítez, presentaba, de la mano de una librería local, y del
Ayuntamiento de El Ejido, su último libro, “El hombre que
susurraba a los Ummitas”, que es el número cincuenta que
publica – aunque hay otros cuatro que nunca verán la luz -, y en
el que trata el caso del “affaire Ummo”, uno de los mayores
escándalos ufológicos de España, y parte del extranjero, que
tuvo una repercusión tremenda internacionalmente. Supuestamente,
durante décadas, una serie de personas, especialmente aquellas
que departían sobre estos temas en el café “La ballena alegre”
de Madrid, con Fernando Sesma y otros a la cabeza, recibieron
una serie de misivas, llamadas telefónicas e informes de unos
supuestos seres alienígenas, que decían provenir del planeta
Ummo, y cuyo símbolo más característico, era una especie de “H”,
que se podía observar en sus naves y escritos.
Finalmente, José Luis Jordán Peña, perteneciente a la Sociedad
Española de Parapsicología, confesó haber sido él el que,
durante todo ese tiempo, había engañado a tanto investigador y
aficionado, que, de una forma u otra se había acercado a esa
trama. Pero, Benítez, destapa la falacia de que un único hombre
fuese el que orquestase y dirigiese todo el asunto. “Los
manipuladores han sido manipulados”, dice, ya que la
historia es mucho más compleja de lo que parece en su inicio, y
tiene ramificaciones internacionales.
El autor navarro, que reside actualmente en Zahara de los
Atunes, Cádiz, “al sur del sur”, tuvo un encuentro con
los medios, pero, donde más jugo se sacó a su persona, fue sin
duda en el encuentro que tuvo a posteriori en el Patio de Luces
del Consistorio, donde lo esperaban muchos de sus lectores
habituales, junto a otros tantos curiosos. Benítez, de la mano
del concejal de Cultura, Gerardo Palmero, hizo una pequeña
presentación de su vida, y como el “destino” hizo que no
pudiera ser “Miguel Ángel”, como él quería, y lo llevó de
la mano, y entrenó como periodista, para que pudiera llegar a
ser el genial investigador que es hoy en día. Tras estos diez
minutos, el padre de “100.000 Km. tras los Ovnis” dejó la
palabra a los asistentes, para que fuesen ellos los que
encaminasen el diálogo.
Y si, a partir de ese momento hubo un protagonista, ese fue
Caballo de Troya, “un libro mágico”, su obra más querida,
unido a la figura de Jesús, “un Jesús más humano y cercano
que el que nos han presentado las religiones”. Benítez lo
volvió a repetir, a petición de sus seguidores, el noveno, será
el último Caballo de Troya; queda mucho por contar de la vida
pública de Jesús, pero “sólo puedo decir que aguarda una
enorme sorpresa. Como comprenderán, no la puedo desvelar aquí”.
Lo que si puede salir algún día a la luz, es la documentación
completa que ha usado para escribir estos libros, que,
recordemos, insiste en considerar lo que pudo pasar, y no sólo
una novela, aunque “la verdad no la podemos alcanzar en este
mundo”.
Y es que el autor tiene una especial relación con Jesús, y con
Dios, “del que estoy convencido que es mujer, o al menos
tiene una faceta femenina”, desde que conociese los estudios
que un grupo de científicos, algunos de la NASA, llevó a cabo a
finales de los 70 sobre la Sábana Santa. Concluyó entonces la
pobre tarea que habían realizado como periodistas los
evangelistas, e intentó llegar a comprender mejor esta figura,
cuando le “llegó una información privilegiada”. Afirma en
este sentido que, por la mentalidad de la época, las mujeres
fueron silenciadas. Totalmente serio, afirma que “Dios
siempre cumple” lo que promete, y que Éste dijo que
volvería. “No descarto que lo haga como mujer, pero no
ahora”.
Benítez dio su imagen de la muerte, “para la que nadie nos
prepara”, de lo que hay detrás, incluso de los “fantasmas
o como se puedan llamar”. Lo que sí descartó es que exista
una reencarnación al estilo oriental, porque “Dios es
imaginación, no se repite nunca. Con una muerte hay suficiente.
A este mundo venimos a experimentar”. Eso sí, con una guía,
porque tampoco cree en “el libre albedrío”; vendríamos al
mundo con un “contrato” firmado, por el que ya hemos
decidido que vivir y sufrir, aunque después lo olvidemos para
que la experiencia sea plena.
Pero no todo fue por derroteros Divinos. También hubo hueco para
lo que lo dio a conocer, los OVNIs. En concreto, uno de los
asistentes, le preguntó por las reacciones que se han dado desde
que, en su página web, publicase 58 cartas que desvelan como el
ufólogo Vicente Juan Ballester Olmos, y otros “ufólogos de
salón”, tuvieron una relación directa con la
desclasificación que el Ejército del Aire realizó a principios
de los 90. Willy Smith, un ufólogo americano, que colaboró con
Ballester, hastiado de la situación, le entregó esta
correspondencia a J. J. Benítez, con la condición de que no la
diese a conocer hasta después de su muerte. El navarro cumplió,
y, desde hace un mes, aproximadamente, todos los visitantes de
su página, y lectores de revistas del sector, han podido
comprobar como el Ejército entregaba estos documentos a civiles,
antes de desclasificarlos, para que estos buscasen explicaciones
“racionales” a los mismos. Según J. J., no se han dado
reacciones, “porque las cartas son claras en sí mismas”,
excepto en alguna emisora de radio local.
Este seguidor de los OVNIs, no se cortó un pelo, al ver la
sombra de estos seres en pasajes, incluso tan lejanos, como el
Éxodo judío, “aunque realmente eran tribus, clanes beréberes”,
dar su versión de porque los Gobiernos y Ejércitos no hablan
claramente del asunto, “los militares dicen que la gente no
está preparada”, y porque estos seres no se dan a conocer,
“para poder estudiar en su ambiente al ser humano, no pueden
hacerlo – aunque no es el único argumento –“, sobre todo tan
claramente como lo pudieron hacer en la antigüedad, “entonces
no teníamos misiles nucleares”. Una curiosidad, el olor a
azufre relacionado con el demonio, “que tampoco es lo que nos
han dicho de él”, viene de la Edad Media, en relación a lo
que hoy llamaríamos encuentros cercanos. Llega, sin pudor, a
mostrar como, en los periodos en los que más insistentemente se
pide información, siempre “aparecen vídeos, u otros
elementos, para desacreditar el fenómeno – como pasó con la
famosa autopsia del alienígena de Roswell, Nuevo México –“,
que no son casualidad, sino que cumplen con una clara función
desestabilizadora.
Benítez, llega todo lo lejos que se puede; insiste en las
posibles ruinas en la luna, y como, un militar americano, al que
en un documental de televisión identificaba como “Mirlo Rojo”,
le aseguró que Kennedy estaba dispuesto a dar a conocer ese
asunto. Si este fue uno de los motivos que lo llevaron a morir,
que el lector sea el que saque sus conclusiones.
Sobre uno de sus libros más polémicos, Ricky B, donde trata el
caso de una posible “infiltrada” en la sociedad humana,
confirmó que, desde hace tiempo, tiene la segunda parte casi
finalizada, pero que espera a que, “el destino”, lo lleve
hasta el momento adecuado para publicarlo.
Tras el encuentro, J. J., permaneció en el Patio de Luces
durante un buen rato, firmando los ejemplares de sus obras, a
todos aquellos, y no fueron pocos, que querían tener el
autógrafo en las páginas de los mismos.