En pocas palabras, esa
viene a ser la teoría de
Marcelino Requejo sobre
los objetos volantes no
identificados, que ayer
presentó en Vigo su
último libro, Ovnis,
alto secreto (Ediciones
Cydonia), prologado por
J.J. Benítez, también
presente en el acto.
Hace este ufólogo a
tiempo parcial (es
funcionario del
Ministerio de Justicia)
un recorrido por unos
pocos de los centenares
de casos de
avistamientos que,
durante décadas, ha
investigado sobre el
terreno. Entre ellos,
uno que nos queda bien
cerca. Tanto como que
ocurrió en Vigo, en
Valladares para ser más
exactos, un día de
septiembre de 1999.

Marcelino Requejo y J.J.
Benítez charlan con el
editor del libro antes
de la presentación ayer
en Vigo. A la derecha el
dibujo que hizo la
pequeña Judith en 1999
en Valladares. XOÁN
CARLOS GIL.
Los testigos de aquella
aparición fueron Luis,
un hombre de 73 años y
Judith, una niña de
ocho. Según se relata en
el libro eran las 20.15
horas cuando la pequeña
dejó súbitamente sus
juegos para preguntarle
a su vecino Luis: «¿Qué
es eso?». Cuando levantó
la vista quedó atónito.
A unos metros por encima
del tejado, suspendido
en el aire, había une
enorme objeto de aspecto
metálico, de color gris
plomo y con forma de
balón de rugby. En su
parte central, una
hilera de ventanillas de
color rojizo a través de
las cuales se observaba
deambular a unos seres
oscuros. El objeto
permanecía estático y en
completo silencio.
La que no vio nada fue
Carmen, la madre de
Judith, que a esa hora
se encontraba en la
cocina preparando la
cena. La pequeña hizo un
dibujo de lo que observó
y Carmen, que en un
primer momento pensó que
se trataba de una broma,
empezó a pensar que, en
efecto, algo habían
visto. Aquel dibujo, que
reproducimos en esta
página, es uno de los
que aparecen en el libro
de Marcelino Requejo.
El autor, que le da
absoluta credibilidad a
la historia porque,
asegura, la niña pintó
el mismo objeto que ha
sido avistado en otras
partes del mundo,
asegura que Galicia es
un filón para esto de
los ovnis, pese a que no
hay bases aéreas
militares.
Sostiene también que
muchos de dichos
fenómenos no llegan a
conocerse porque los
protagonistas prefieren
guardar silencio antes
de que los tomen por
locos. Precisamente
escepticismo e
incomprensión fue lo que
encontró el ya
desaparecido peluquero
Minguela cuando afirmó
haber visto dos ovnis
con la parte superior
negra.
Plantea Requejo dos
posibilidades en su
libro, que una parte de
los ovnis proceden del
espacio exterior, en
tanto la otra es
dimensional o, lo que es
lo mismo, «estamos
rodeados de alguna
civilización o
civilizaciones que
interactúan con la
nuestra».
Asegura que los datos
los conocen bien en el
Pentágono, entre otros
sitios, pero que obligan
a mantener el secreto.
Aunque ya no tanto, «se
está levantando la mano
porque ya es imposible
seguir ocultando la
evidencia». Recuerda que
sin ir más lejos el
cosmonauta Musa Manarov
fue testigo de uno de
dichos avistamientos.
«Soy experto en todo
tipo de naves espaciales
y nunca había visto algo
así en mi vida», parece
que dijo.
Después de escuchar
tanto a Requejo como a
Benítez, que según
cuenta en el prólogo le
gustan mucho las
conclusiones de su
colega, el auditorio
regresó a casa con una
inmensa ristra de
preguntas sin respuesta.
O con varias posibles
respuestas. Es decir, lo
previsto.
O eso se desprende de
los enunciados del curso
de verano de la
Universidad Menéndez
Pelayo que ayer se
clausuró en Vigo y que,
dirigido por Esther
Regueiro, abordó la
gestión del protocolo en
tan difíciles tiempos.
Los participantes
llegaron a la conclusión
de que sí, de que hay
vida después de la
crisis -«es más
necesario que nunca y
como los recursos son
menos hay que tener más
creatividad, sacar más
partido de poco», afirmó
Esther Regueiro-, pero
que se abre una nueva
era, tanto en la
concepción empresarial
como en la organización
institucional y, por
supuesto, de valores.
El invitado a hablar de
los valores fue Jesús
Rivera. El sociólogo
echó mano de la encuesta
comparativa que su
consultora, IPSOS, ha
realizado en 22 países
sobre los 16 principales
temas de preocupación de
sus habitantes.
Así, mientras en el
2007, el cambio
climático y, en general,
el medio ambiente, nos
traía a los españoles de
cabeza, en el 2009 el
asunto ha pasado al
furgón de cola ante el
negro panorama laboral.
«Una sociedad se
organiza a través de sus
metáforas, de sus
pequeños dioses. Creemos
que la tecnología va a
solucionar las cosas,
pero no». Pues eso.
Desde los años 70,
coincidiendo con el
aniversario de la muerte
del cantante (24 de
junio de 1935), se
celebra en Vigo la cita.
Primero fue en el teatro
Salesianos, para pasar
luego al Centro
Caixanova, siempre
presentado por Antonio
Mínguez. Esta tarde
(19.30 horas) volverá a
subirse el telón del
encuentro más tanguero.
Gregorio López, Verónica
Porteiro, Germán
Balduzzi o René Farias
serán algunos de los
protagonistas. ¡Ay
Buenos Aires querido!
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Soledad Antón
soledad.anton@lavoz.es
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27/6/2009