Caballo de Troya
y Ricky B., libros que `empezaron´ en Yucatán
El mayor
éxito del ufólogo y uno de sus libros más complicados tienen
un origen 'enterrado' en los caminos de Yucatán.
SIPSE.com (Texto:
Eduardo Vargas Marín)
MÉRIDA, Yuc.- Darle
la vuelta al mundo más de 100 veces no vale nada si lo
comparamos con lo que un pequeño punto en el planeta,
Yucatán, significa para el investigador del fenómeno
ovni Juan José Benítez, mejor conocido como J.J.
Benítez.
Aquí –en
Chichén Itzá para ser precisos– obtuvo la clave de su
libro más emblemático: Caballo de Troya, y aquí
también tuvo su origen una de las quizás más
complicadas investigaciones del periodista: Ricky B,
la vida de una infiltrada (alienígena) en Yucatán, en el
siglo pasado.

'Juanjo'
Benítez estará en la Filey para hablar de los 30 años del
Caballo de Troya, y de su nuevo libro Estoy bien. En la
imagen aparece con los nueve tomos de su opera prima. (identi.li)
Los
seguidores –y hasta los detractores- ya esperan al autor
para las tertulias que dará en el marco de la Feria
Internacional de la Lectura de Yucatán (Filey), en las que
hablará, primero, de los 30 años de Caballo de Troya
y, después, de su nuevo libro Estoy bien.
Así, este
próximo fin de semana, el ufólogo -como se le conoce a los
estudiosos del fenómeno ovni- estará en la tierra en la que
nacieron dos de sus ‘hijos’ (los escritores suelen llamar
así a sus libros) más queridos y, quién sabe, a lo mejor
será el principio de una tercera historia porque si en algo
no cree Benítez es en la casualidad.
Pero,
hablemos de las dos historias, de los 2 éxitos literarios,
por partes, una por una…
La
llave de Chichén Itzá
En el otoño
de 1980, ‘Juanjo’ –como le llaman cariñosamente al autor-
llegó a Yucatán casi de incógnito –según narra en las
primeras páginas de su libro más vendido- para entrevistarse
con un Mayor de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, quien le
había ofrecido información exclusiva de la que nada supo J.
J. sino hasta muchos meses después.
Su destino
–él no lo sabía cuando aterrizó en el aeropuerto de Mérida-
era la zona arqueológica de Chichén Itzá; ahí, cerca del
cenote sagrado, tras dialogar con el Mayor, Benítez recibió
un sobre que contenía una llave.
Pero la
historia no era tan simple: J.J. tenía que ‘descifrar’
varias pistas que el Mayor le había dejado para llegar hasta
el lugar en donde estaba escondida la información prometida,
meses atrás, durante el primer encuentro de ambos personajes
en el parque museo de La Venta, en Villahermosa.
Como ya se
sabe, el escritor encontró la historia aún no contada: la
información detallada sobre una operación ‘secreta’ del
Gobierno de Estados Unidos acerca un viaje al pasado, cuyo
objetivo era ‘retomar’ y descifrar la vida y muerte de Jesús
de Nazaret.
De acuerdo
con el sitio web oficial del autor, la Fuerza Aérea de
Estados Unidos, a través de una 'máquina del tiempo', situó
a dos astronautas, Jason –el Mayor– y Eliseo, en el año 30
de nuestra era, para documentar la historia de Jesucristo;
todos los pormenores del viaje fueron minuciosamente
registrador por el Mayor en un 'diario'.
Esos
documentos, que J.J. Benítez encontró en un apartado postal
en Estados Unidos, dieron 'vida' a los nueve tomos del
Caballo de Troya.
Aunque el
libro no es propiamente una historia de vida extraterrestre
y no está directamente relacionada con el fenómeno ovni -tal
como advierte el Mayor a Benítez en sus primeras charlas-,
el periodista sostiene -como una de las revelaciones de la
obra- que Cristo es extraterrestre, pues su origen no es
humano, sino divino.
Por
supuesto, la historia no acabó ahí, pero la vida del militar
sí: en septiembre de 1981, el Mayor falleció en su casa, en
las cercanías de Chichén Itzá, y en las líneas del libro se
infiere que sus restos permanecen en Yucatán.
-¿Qué supuso
para usted la publicación de Caballo de Troya?– le
preguntó un reportero del diario asturiano La Nueva España,
a J.J. Benítez, en 1994.
-Pues sobre
todo me sirvió para pagar muchas deudas. La gente no lo
cree, pero dedicarse como yo hacía a escribir libros de
ovnis es absolutamente ruinoso. Lo más curioso es que el
editor no creía en el libro, y sin embargo fue el que me dio
toda la popularidad.

Los dos
'hijos' de J. J. Benítez que 'nacieron' en Yucatán: Caballo
de Troya y Ricky B. (SIPSE.com)
La
historia ‘imposible’
La primera
edición del libro Ricky B: una historia oficialmente
imposible muestra la imagen ‘borrosa’ de una mujer de
cabello abundante y de piel anglosajona (en la foto no se ve
blanca sino ‘verdosa’ por los colores en que fue diseñada la
‘tapa’ del texto). El rostro –como lo es la portada de un
libro– lleva dentro una historia que J. J. Benítez intentó
descifrar en dos viajes a Yucatán y otros tantos entre
España, Estados Unidos e incluso Egipto.
Pero la
pieza inicial del rompecabezas es un accidente de autobús
que ocurrió en Yucatán, en 1975, en una zona ‘famosa’ por
los avistamientos de ovnis, en el kilómetro 36 de la
carretera Mérida-Puerto Juárez.
Entre los
sobrevivientes del autobús accidentado –que venía de Playa
del Carmen, Quintana Roo– había una ciudadana norteamericana
que entonces sólo llamó la atención por su aspecto de
extranjera, pero nada más.
La ‘vida y
obra’ de esta ‘extranjera’ no la conoció Benítez sino hasta
1986 cuando uno amigo le envió una carta en donde le narraba
que 'un conocido' había tenido “un romance” con una
extraterrestre.
Circunstancialmente, Caballo de Troya y Ricky B., como
libros, tienen un principio en el camino que une Mérida con
Cancún
J. J.
inmediatamente tomó cartas en el asunto y tras entrevistarse
con el principal testigo –a quien sólo identifica como ‘el
ingeniero’– se centró en una búsqueda frenética –no exenta
de ‘casualidades’– que lo llevaron hasta prácticamente dar
con la supuesta alienígena.
Entre 1996 y
1997, Benítez viajó dos veces a Yucatán para buscar fuentes
directas del acontecimiento; con el apoyo de periodistas
locales del periódico Novedades de Yucatán, el
ufólogo español se entrevistó con testigos de los hechos y
logró concretar la historia.
A finales de
1997, salió a la luz el libro Ricky B: una historia
oficialmente imposible, pero que sólo contaba la primera
parte de la investigación; al final del texto, Benítez
advertía que no cortó la historia por voluntad propia, sino
por ‘órdenes’. Sin embargo, la segunda parte nunca se
publicó.
Sobre esta
historia, la de Ricky B –editada por Planeta– Benítez
dice, en el amanecer del texto: “Esta es una gran incógnita
–una de las más irritantes en mis veinticinco años de
investigación del fenómeno OVNI (sic)…”
Aunque el
caso de la alienígena no es parte del ‘plan de vuelo’ del
autor de A 33,000 pies, es casi un hecho que sus
lectores estarán al pendiente de lo que tiene que decir,
pues la segunda parte de la historia ha esperado más de 14
años para salir a la luz.
Pero si nada
ocurriera, si Benítez finalmente no quisiera 'rendir'
cuentas del tema pendiente, no habrá factura que cobrarle al
periodista español, porque tanto Caballo de Troya
como Ricky B han grabado el nombre de Yucatán en sus
investigaciones y él, sin duda ninguna, lleva a
Yucatán esculpido en su memoria con estas dos historias tan
suyas como las dos jotas (J.J.) de su nombre.