Marginan a J.J.
Benítez en su editorial.
"Lo único que pido es respeto"
Ciudad de México (11 marzo 2014).-
Ha vendido más de 6 millones
de ejemplares de los nueve volúmenes de Caballo de Troya,
pero ni eso salva a J.J. Benítez de ser una víctima del
mercado y de su propia editorial.
"Yo estoy subvencionando al 80 por ciento de los
escritores de Planeta que no venden, pero a mí me marginan,
porque no asisto a los cenáculos literarios, porque no tengo
premios ni los quiero, porque trabajo unos temas que son
como de locos", afirma el autor en entrevista.
Benítez aún se siente dolido por el rechazo que recibió su
novela El habitante de los sueños. Un directivo de la
editorial rehusó publicarla porque consideró que no era
comercial.
"Lo mío con Planeta es como un matrimonio. Hay momentos
buenísimos y crisis espantosas. No sé si sería bueno cambiar
de pareja, a estas alturas".
Juan José Benítez tiene casi 70 años y ahora, mientras toma
un café en Polanco, dice que le gustaría estar en su casa de
Barbate, en Cádiz, que él mismo diseñó con la forma de un
ovni. "Lo hice un poco por agradecimiento. Es un fenómeno
por el que he batallado desde 1972".

"Yo
estoy subvencionando al 80 por ciento de los escritores de
Planeta que no venden", afirma Benítez.
Foto: Héctor García
El periodista se encuentra en México para presentar este
viernes a las 19:00 horas, en el Museo Casa del Risco (San
Jacinto 5, San Ángel), Estoy bien, un libro donde
reúne testimonios de gente que ha estado en contacto con los
que denomina "resucitados".
"La gente piensa que la vida es lo único que tienes, y no
es cierto". Aquí uno experimenta lo que es el tiempo y
la vejez, explica, pero después de la vida empieza la
realidad.
Los "resucitados", muertos que vuelven de lo que
Benítez llama "dimensiones paralelas" para hacerse
presentes ante familiares o amigos, aseguran sentirse
felices en lugares donde se dedican a estudiar. El autor no
descarta que esos espacios tengan conexión con el mundo
extraterrestre.
"Yo creo que el gran mensaje del libro es inyectar
esperanza a la gente que tiene miedo a morirse. Me gustaría
que supieran que esto (la vida) no se acaba aquí, que sigue,
que no hay fin".
Benítez reúne en Estoy bien (Planeta) más de 160
testimonios, seleccionados entre cerca de mil, de casos que
comenzó a investigar en 1968. Está seguro de que sus
fuentes, que aparecen identificadas, no mienten. Su método
consiste en contrastar sus palabras dos o más veces, con
años de diferencia, y asegurarse así de que no inventan
detalles.
Existen constantes como el frío que producen los
"resucitados", la transparencia de sus cuerpos y la
sensación de felicidad que causan a los testigos. Algunos se
hacen presentes y otros sólo se comunican con la voz.
Por su naturaleza divina, Jesús es el gran extraterrestre,
afirma. "Lo puedes considerar como alguien de fuera de la
tierra, porque aquí no hay dioses".
¿Es usted un hombre de fe?
No
practico ninguna religión, gracias a Dios, pero soy un
hombre profundamente creyente. Creo en una divinidad que no
tiene por qué pasar por la puerta de las iglesias o de los
dogmas. Además, no me gusta la palabra fe, prefiero
confianza. Yo confío en los designios del buen Dios.
¿Las dimensiones paralelas de donde provienen los
resucitados están regidas por Dios?
Claro, es una deducción elemental. El orden de la creación
yo entiendo que fue establecido por una divinidad, o por
muchas, me da igual. El problema es que estamos
acostumbrados a lo que vemos, pero lo invisible es mucho más
abundante. Ahí tiene que haber leyes que desconocemos, y
esas dimensiones formarán parte de ese reino, o como lo
quieras llamar. El problema es que no tenemos palabras para
expresarlo.
¿Para evitar que suene fantasioso?
Creo que la fantasía y la poesía son lo que más se aproxima
a la divinidad. Dios es sobre todo imaginación, no poder.
Los poetas, los soñadores, nos llevan ventaja.
¿A qué atribuye que tachen de charlatán o loco a quien
afirma las cosas que usted dice?
Normalmente esa gente no está bien informada, o su nivel
evolutivo es muy bajo y se aferra a lo que dice la ciencia,
a lo que puede ver y tocar, pero la belleza no puedes
llevarla a un laboratorio. El hecho de que haya fenómenos
que no se pueden someter al método científico no significa
que no existan. A las religiones no les gusta que uno ponga
en tela de juicio lo que constituye su esencia, por eso
tratan de ridiculizarte. En mi caso, así ha pasado.

Pero cada vez menos, ha dicho usted.
Sí.
Recuerdo a un obispo de Monterrey que decía en el púlpito
que yo era Satanás, por los Caballos de Troya, también lo
dijeron en Galicia. Pero son personas que no me han leído.
Si yo fuera Satanás, no defendería la divinidad en Jesús de
Nazaret. Por tanto, son gente malnacida, que la hay, o mal
informada.
Parece compadecerlos.
Ya
no me alteran. Entiendo que en la vida debe haber de todo.
Lo único que pido es respeto.
Tampoco se deja. Ha ganado cuatro juicios (por acusaciones
de injurias y plagio).
He
peleado, sí, por lo menos en mi juventud. Ahora no tanto, no
merece la pena. Hay que ser coherente con lo que uno hace,
con sus ideas, aunque puedan estar equivocadas.
¿Qué vasos comunicantes descubre entre Caballo de Troya
y Estoy bien?
Este libro probablemente sea consecuencia de los Caballos
de Troya. Ahí se habla de que existe algo más allá de la
muerte, el propio Maestro (Jesús de Nazaret) se aparece 19
veces después de muerto. Y él lo dice y lo repite, vosotros
tendréis esta forma después de morir. Aquello se me quedó
muy profundo y empecé a darme cuenta de por qué me había
interesado este tipo de investigación desde 1968.
En marzo de 1984 se publicó el primer volumen de Caballo de
Troya. Benítez recuerda que el editor José Manuel Lara le
pidió quitar 400 páginas, a lo que se negó. Finalmente
decidió publicarlo, pero antes le advirtió: "esto es la
ruina". Ante el éxito de ventas, el editor ya no se
quejó de los que seguían, salvo del noveno, al que fue
necesario suprimir 600 páginas porque técnicamente "no
era manejable", reconoce Benítez.
Autor de 56 libros y de series de televisión como Planeta
encantado, lamenta que haya todavía quien considere la serie
de Caballo de Troya una novela. Sus nueve volúmenes suman
5.386 páginas sobre la vida de Jesús. De acuerdo con su
página web, Benítez consultó alrededor de 14 mil fuentes, lo
mismo arqueológicas que botánicas o religiosas. Dedicó a
esta obra 27 años.
"Creo que es una información capital, muy objetiva, que
he tratado de contrastar hasta donde he podido. La gente que
me habla, que me escribe, me permite darme cuenta de que les
ha tocado el corazón, eso es lo que me interesa. No está
hecha con un criterio comercial".
¿Lo acusan de querer ganar dinero?
A
veces me dicen que es un negocio, pero no es mío, sino de la
editorial. Yo recibo el 10 por ciento de lo que se vende y a
veces ni eso. Son las reglas del juego, tengo que investigar
y eso cuesta mucho dinero. ¿De dónde lo saco? De los libros.
¿Y con lo que saca de los libros le alcanza para todo?
No,
qué va. Tengo muchas deudas.