La vida y la muerte por
Benítez
´Estoy
bien´ se presenta hoy jueves en la Feria Internacional del
Libro de Panamá en el salón Boquete a las 6:00 p.m
DANIEL DOMÍNGUEZ Z.
ddominguez@prensa.com
21/08/2014 - Las investigaciones sobre la vida y la
muerte que dieron como resultado el ensayo Estoy bien, las
inició J.J. Benítez en 1968.
Ese año conoció a su colega Miguel París en Zaragoza
(España), quien “me contó su asombrosa experiencia en la
Segunda Guerra Mundial. Fue el primer caso. A partir de ahí
empecé a interesarme por la gente que ha visto y hablado con
amigos y familiares muertos”.
“Miguel fue saludado, en mitad del ataque de los rusos, por
un compañero de otra compañía, también español, que había
fallecido dos meses antes como consecuencia de un mortero”,
indica el que escribe de 7:00 a.m. a las 2:30 p.m.

HECHO. ‘Trabajo
varias investigaciones a la vez, pero escribo un libro por
año’: comparte el español J.J. Benítez. CORTESÍA.
TROYA
Su obra más popular es El caballo de Troya, una saga que
“me enseñó a ver la vida desde una perspectiva diferente. Al
encontrar aquel Jesús de Nazaret tan humano, ya no tengo
miedo”.
Su editor le pidió que “suprimiera 400 páginas. Me
negué a quitar una sola coma, y el libro lleva más de 100
ediciones. Eso me animó a sacar a la luz el resto de la
información”.
OVNI
Mientras que su encuentro con los ovnis se dio en los días
en que era un joven periodista que estuvo detrás del caso de
un objeto volador visto en Burgos (España).
“Han pasado 40 años. Era un idealista, un joven que no sabía
nada de nada. Ahora tengo 70 años, y sé por qué estoy aquí.
Eso es suficiente. He cumplido con mi trabajo”, opina el
autor de 57 libros publicados, que no se considera escritor
sino informador, “que no es poco”.
En 1972 Benítez se enfrentó al fenómeno ovni, y
“comprobé que era un hecho real, no urgente, pero sí grave y
de gran trascendencia para la humanidad”.
“El que ha visto esas naves o sus tripulantes deja de ser
escéptico. Pero a los militares no les interesa revelar la
verdad”, opina.
Los que consideran esta clase de temas como
pertenecientes a la ciencia ficción “no carecen de la
información necesaria”.
La receptividad por este tema ha cambiado. “Los niños
de hoy encuentran lógico y normal que existan otras
civilizaciones exteriores. No les deriva un trauma pensar
que no estamos solos en el universo”.
Hace 40 años era diferente. “Una parte de la sociedad
veía a los investigadores de ovnis como bichos raros. Como
ve, el tiempo pone todo en su lugar”.
De regreso a la muerte, afirma que no le teme. “La
muerte no tiene nada que ver con lo que venden las iglesias.
No hay infierno, ese es un invento humano para esclavizar
moralmente a las personas, y el cielo es diferente a lo que
nos han contado. Dios nos ha hecho inmortales, pensemos lo
que pensemos o hagamos lo que hagamos. Eso cuentan los
testigos en Estoy bien”.
No quiere ser recordado. “Ahí están mis libros. Traté
de abrir las mentes e intenté que no tuvieran miedo: ni a la
muerte ni a nada”, dice.